jueves, noviembre 02, 2006
¡Qué rápido pesa el tiempo!
El tiempo pasa.
Hoy la noticia era el Estatuto andaluz y su puesta de largo. Se asegura en este texto que Andalucía es una Realidad Nacional. Y aunque la ambigüedad del término ya se las trae ("hecho por políticos" = "políticamente correcto" = "no dice nada y así no ofende a nadie"), dejé aparcada mi inquietud semántica para centrarme en el curioso encaje de bolillos que supone su justificación: en la declaración de Córdoba de 1918 ya se hablaba de realidad nacional. "Ah bueno, si hace 88 años ya se decía eso, entones vale": realidad nacional para todos. El PP se queda a gusto y el PSOE también. Los primeros porque Nación les sonaba muy duro y los segundos porque Comunidad les sabía a poco. ¿Y el resto? el resto no cuenta, si solo son partidos minoritarios o, peor, uno de esos 8 millones de ciudadanos que no son ni políticos ni nada y a los que les importa una leche cómo se denomine Andalucía siempre y cuando tengan `pa comé´.
Pero no, no me voy a ir por las ramas, que me noto hoy distraído. La cosa es que todos se lavan las manos aduciendo que el término tiene nada más y nada menos que 88 años. Aún me sorprende no haber escuchado algo así como "denominación histórica" de Andalucía. Seguramente es que no he escuchado bien, porque lo habrán dicho; que difícilmente dejan pasar nuestros mandamaces la oportunidad de tirar de la historia para atontar al pueblo.
Porque, amigos, las estupideces lo son desde el momento en el que se dicen hasta que, olvidadas, mueren. Las palabras, dicen, se las lleva el viento. Por eso lo dejaron por escrito. Por desgracia, las palabras escritas pesan, y conforme pasa el tiempo pesan más y más.
El tiempo pesa.
He llegado a esa conclusión. Porque mira que se escribieron tonterías hace 88 años. Pues lo que antes eran tonterías ahora hay que tenerlas en cuenta. Y si eran tonterías ¿quién les ha dado el valor 88 años después? pues será el tiempo, quién si no. Luego es el tiempo el que tiene masa y, por tanto, pesa, y engorda las palabras. Que se jodan Newton y Einstein. Acabo de demostrar que no sólo hay una cuarta dimensión, sino que tiene masa.
Efectivamente, descubro atónito que Sabino Arana ya decía chorradas por aquellos años. Puff, hay que ver qué 88 años más moviditos. Y ahora que por fin es algo antiguo, podemos respirar tranquilos porque los nacionalismos están justificados por la historia.
Lo peor de todo es que necesitan una frase de hace tan solo 88 años (cuando muchos de nuestros ciudadanos son coetáneos de la misma) para justificar miles de años de historia. No importa la historia como pueblo, la cultura, las tradiciones, el pensamiento, el legado... no; importa que un grupo de republicanos federales antirrégimen, preocupados por la lucha de clases, la precaria situación de la España de comienzos de siglo XX, la caduca monarquía alfonsina, la necedad política, la opresión ciudadana y el egoismo regional que, visto lo visto, era lo único que proporcionaba cierto beneficio (si no pregúntenle a la burguesía catalana) declararon hace 88 años que Andalucía era una realidad nacional. Seguramente ellos tenían sus motivos, sus beneficios, y probablemente se basaron en realidades históricas mucho más románticas, mucho más antiguas y mucho más beneficiosas a la hora de azuzar al pueblo.
Pues a mi no me convencen. No digo ya que Andalucía sea o no una realidad nacional. La verdad, no lo sé, ni sé qué quieren decir con eso. Lo que no me convence es el argumento. A mi me puedes convencer de que 2 y 2 son 4, pero no me digas que es así porque lo dijo Fulanito hace doscientos años. Es que ya ni siquiera intentan convencernos; directamente se lavan las manos en la palangana llamada historia, que rebosa de tanto llenarla con palabras de antesdeayer.
Los nacionalismos, incluido el españolismo, existieron en cuanto a que eran beneficiosos. Fue beneficioso en su momento crear España. Fue beneficioso crear Portugal. Pudo haberlo sido Crear Cataluña. Pero no se hizo, y pasado ese momento, hemos heredado un sistema en el que poco importan ya las naciones. Éstas son heredadas, no pertenecen a nuestro tiempo. Y hablar de nuevas fronteras es dar pasos atrás, dejar de hablar de lo que de verdad interesa. Como siempre, en España, vamos por la A cuando en el resto del mundo ya se saben todas las vocales. Y, sobre todo, crear 19 naciones dentro de España no es beneficioso, es contraproducente, y lo saben.
Sólo digo que si justifican una nación por su historia, lo mismo pueden justificar Cataluña, Euskadi, Galicia y Andalucía, como Ceuta, Cantabria y, ¿por qué no? la misma España. Porque resulta que España es la única que sí ha sido nación. Así que no entiendo el empeño nacionalista de ningunear los siglos de España y exaltar su historia cuando otros pueden hacer lo mismo pero a la inversa. No es por patriotismo, veréis, es por sentido común; ¿no parece que tienen las de perder?.
Desde aquí me pregunto de la validez de la historia como argumento, pues qué mas da cuándo se haya dicho algo. Si Julio César hubiera llegado a Andalucía (que llegó) y hubiera dicho: Andalucía es una realidad nacional ¿habría tenido más razón?.
Lo dicho, las tonterías lo son, diga quien las diga, y sobre todo, diga cuando las diga.
Hoy la noticia era el Estatuto andaluz y su puesta de largo. Se asegura en este texto que Andalucía es una Realidad Nacional. Y aunque la ambigüedad del término ya se las trae ("hecho por políticos" = "políticamente correcto" = "no dice nada y así no ofende a nadie"), dejé aparcada mi inquietud semántica para centrarme en el curioso encaje de bolillos que supone su justificación: en la declaración de Córdoba de 1918 ya se hablaba de realidad nacional. "Ah bueno, si hace 88 años ya se decía eso, entones vale": realidad nacional para todos. El PP se queda a gusto y el PSOE también. Los primeros porque Nación les sonaba muy duro y los segundos porque Comunidad les sabía a poco. ¿Y el resto? el resto no cuenta, si solo son partidos minoritarios o, peor, uno de esos 8 millones de ciudadanos que no son ni políticos ni nada y a los que les importa una leche cómo se denomine Andalucía siempre y cuando tengan `pa comé´.
Pero no, no me voy a ir por las ramas, que me noto hoy distraído. La cosa es que todos se lavan las manos aduciendo que el término tiene nada más y nada menos que 88 años. Aún me sorprende no haber escuchado algo así como "denominación histórica" de Andalucía. Seguramente es que no he escuchado bien, porque lo habrán dicho; que difícilmente dejan pasar nuestros mandamaces la oportunidad de tirar de la historia para atontar al pueblo.
Porque, amigos, las estupideces lo son desde el momento en el que se dicen hasta que, olvidadas, mueren. Las palabras, dicen, se las lleva el viento. Por eso lo dejaron por escrito. Por desgracia, las palabras escritas pesan, y conforme pasa el tiempo pesan más y más.
El tiempo pesa.
He llegado a esa conclusión. Porque mira que se escribieron tonterías hace 88 años. Pues lo que antes eran tonterías ahora hay que tenerlas en cuenta. Y si eran tonterías ¿quién les ha dado el valor 88 años después? pues será el tiempo, quién si no. Luego es el tiempo el que tiene masa y, por tanto, pesa, y engorda las palabras. Que se jodan Newton y Einstein. Acabo de demostrar que no sólo hay una cuarta dimensión, sino que tiene masa.
Efectivamente, descubro atónito que Sabino Arana ya decía chorradas por aquellos años. Puff, hay que ver qué 88 años más moviditos. Y ahora que por fin es algo antiguo, podemos respirar tranquilos porque los nacionalismos están justificados por la historia.
Lo peor de todo es que necesitan una frase de hace tan solo 88 años (cuando muchos de nuestros ciudadanos son coetáneos de la misma) para justificar miles de años de historia. No importa la historia como pueblo, la cultura, las tradiciones, el pensamiento, el legado... no; importa que un grupo de republicanos federales antirrégimen, preocupados por la lucha de clases, la precaria situación de la España de comienzos de siglo XX, la caduca monarquía alfonsina, la necedad política, la opresión ciudadana y el egoismo regional que, visto lo visto, era lo único que proporcionaba cierto beneficio (si no pregúntenle a la burguesía catalana) declararon hace 88 años que Andalucía era una realidad nacional. Seguramente ellos tenían sus motivos, sus beneficios, y probablemente se basaron en realidades históricas mucho más románticas, mucho más antiguas y mucho más beneficiosas a la hora de azuzar al pueblo.
Pues a mi no me convencen. No digo ya que Andalucía sea o no una realidad nacional. La verdad, no lo sé, ni sé qué quieren decir con eso. Lo que no me convence es el argumento. A mi me puedes convencer de que 2 y 2 son 4, pero no me digas que es así porque lo dijo Fulanito hace doscientos años. Es que ya ni siquiera intentan convencernos; directamente se lavan las manos en la palangana llamada historia, que rebosa de tanto llenarla con palabras de antesdeayer.
Los nacionalismos, incluido el españolismo, existieron en cuanto a que eran beneficiosos. Fue beneficioso en su momento crear España. Fue beneficioso crear Portugal. Pudo haberlo sido Crear Cataluña. Pero no se hizo, y pasado ese momento, hemos heredado un sistema en el que poco importan ya las naciones. Éstas son heredadas, no pertenecen a nuestro tiempo. Y hablar de nuevas fronteras es dar pasos atrás, dejar de hablar de lo que de verdad interesa. Como siempre, en España, vamos por la A cuando en el resto del mundo ya se saben todas las vocales. Y, sobre todo, crear 19 naciones dentro de España no es beneficioso, es contraproducente, y lo saben.
Sólo digo que si justifican una nación por su historia, lo mismo pueden justificar Cataluña, Euskadi, Galicia y Andalucía, como Ceuta, Cantabria y, ¿por qué no? la misma España. Porque resulta que España es la única que sí ha sido nación. Así que no entiendo el empeño nacionalista de ningunear los siglos de España y exaltar su historia cuando otros pueden hacer lo mismo pero a la inversa. No es por patriotismo, veréis, es por sentido común; ¿no parece que tienen las de perder?.
Desde aquí me pregunto de la validez de la historia como argumento, pues qué mas da cuándo se haya dicho algo. Si Julio César hubiera llegado a Andalucía (que llegó) y hubiera dicho: Andalucía es una realidad nacional ¿habría tenido más razón?.
Lo dicho, las tonterías lo son, diga quien las diga, y sobre todo, diga cuando las diga.