domingo, junio 12, 2005
A modo de desahogo
El ser humano funciona mediante estímulos. Yo he recibido un estímulo y me dispongo a reaccionar. ¿Necesidad de un blog? más bien necesito que la gente necesite mi blog. Sí, pobre insensato, lo sé. Pero soy de los que piensa que hay que aspirar siempre a lo máximo, aunque no exista tal, hay que tener metas, aunque el final sean el propio camino, y hay que tener ilusiones, aunque nos vendan el carpe diem.
Pero no nos confundamos, no pretendo vivir en el futuro. El futuro es ya bastante jodido como para que nosotros lo jodamos más. Me conformo con saber que el futuro está ahí y que me obliga a leer el presente. Más bien esto es un ejercicio de simplificación: ordeno el pasado y planeo el futuro. Pero todo esto no deja de ser mentira en cuanto a que hacemos de la realidad "nuestra realidad". Así pues, simplifiquemos, desahoguémonos, pero no nos creamos la simplificación y el desahogo. Vamos a usar estas herramientas, no a mitificarlas. El mundo va más allá de lo que yo decida que es.
En ese surgir natural de las necesidades humanas (contradictorias, como vemos), aparece en mi vida el blog. Y lo hace de la siguiente manera: leo, luego escribo. Si algo me pone malo de la prensa o la literatura tradicional (en papel, se entiende) es la imposibilidad de la réplica (quizás se pueda, pero la no inmediatez de esta la anula ya a día de hoy). ¿Dónde responder a esos articulistas que tocan la fibra sensible? ¡Necesito opinar sobre la opinión de los demás! Pero como en este país todo el mundo opina pero cuesta más reflexionar, me voy a permitir el lujo también hacer esto último, es decir, "considerar detenidamente algo". Eso no me eximirá de decir barbaridades, claro está. Pero para eso estarán los que opinen sobre mis opiniones de opiniones, para hacérmelo ver.
En fin, que no podía dejar pasar la oportunidad de tener mi huequito en la red de autocomplacencia, donde responder a otro y ser respondido, opinar y ser opinado, reflexionar y ser reflexionado, abrir los artículos y ser abierto por ellos, liberar la literatura y ser liberado por ella.
Pero no nos confundamos, no pretendo vivir en el futuro. El futuro es ya bastante jodido como para que nosotros lo jodamos más. Me conformo con saber que el futuro está ahí y que me obliga a leer el presente. Más bien esto es un ejercicio de simplificación: ordeno el pasado y planeo el futuro. Pero todo esto no deja de ser mentira en cuanto a que hacemos de la realidad "nuestra realidad". Así pues, simplifiquemos, desahoguémonos, pero no nos creamos la simplificación y el desahogo. Vamos a usar estas herramientas, no a mitificarlas. El mundo va más allá de lo que yo decida que es.
En ese surgir natural de las necesidades humanas (contradictorias, como vemos), aparece en mi vida el blog. Y lo hace de la siguiente manera: leo, luego escribo. Si algo me pone malo de la prensa o la literatura tradicional (en papel, se entiende) es la imposibilidad de la réplica (quizás se pueda, pero la no inmediatez de esta la anula ya a día de hoy). ¿Dónde responder a esos articulistas que tocan la fibra sensible? ¡Necesito opinar sobre la opinión de los demás! Pero como en este país todo el mundo opina pero cuesta más reflexionar, me voy a permitir el lujo también hacer esto último, es decir, "considerar detenidamente algo". Eso no me eximirá de decir barbaridades, claro está. Pero para eso estarán los que opinen sobre mis opiniones de opiniones, para hacérmelo ver.
En fin, que no podía dejar pasar la oportunidad de tener mi huequito en la red de autocomplacencia, donde responder a otro y ser respondido, opinar y ser opinado, reflexionar y ser reflexionado, abrir los artículos y ser abierto por ellos, liberar la literatura y ser liberado por ella.